mensajes estereotipados y mensajes inesperados
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A veces, ciertos mensajes se dan por obligados y se perciben como tal vez poco sinceros. Ciertas personas, en razón de su cargo, se supone que deben decir ciertas cosas. Si se salen de la respuesta estándar, sería una sorpresa. Pero si se atienen al guión, el mensaje resulta falto de interés.
Así, un entrenador de un equipo deportivo siempre manifestará, antes de un encuentro, que tiene posibilidades de ganarlo. O un ministro de economía siempre manifestará confianza en la evolución futura del país. Son mensajes previsibles. "Está incluido en su sueldo" el emitirlos. Sin duda, en cualquiera de los dos ejemplos tendría una repercusión mediática enorme que dijeran lo contrario. En cambio, el mensaje que se les presupone apenas capta la atención del público.
Las ONGs tienen actualmente en nuestro país más acceso a los medios de comunicación. Esto, sin duda, es positivo y fruto de un buen trabajo en el área de comunicación (y probablemente también fruto del avance en responsabilidad social corporativa por parte de los medios).
No obstante, se corre un riesgo de saturación, por lo reiterado de los mensajes. No es de mucha ayuda que se trate, además, de contenidos que resultan previsibles en un portavoz de una ONG (la magnitud de un determinado problema, la escasez de recursos para hacerle frente, la urgencia de hacer una donación... o, en una campaña más institucional, la magnitud de un problema y el valor de lo que se está consiguiendo mediante el proyecto de la ONG). El mensaje oficial es más difícil que arañe la capa con la que nos protegemos de la sobreabundancia de reclamos diarios.
Por eso, cuando el mensaje se sitúa en boca de una persona famosa, al evidente interés mediático que aporta esta persona se une el hecho de tratarse de alguien ajeno a la organización. En alguna medida, aun siendo alguien conocido, representa al no especialista, al hombre (mujer) de la calle.
Quienes tienen posibilidad de hablar a un conjunto amplio de personas y no son profesionales de una ONG sino profesionales de "cualquier otra cosa" tienen ocasión, desde su propia actividad profesional, de ayudar a destruir barreras, borrar estigmas y llamar a la acción. Y esto sin que se perciba su mensaje como estereotipado o previsible. ¿Eres escritor?, ¿eres cuentacuentos?, ¿tienes un blog?, ¿eres fotógrafo, artista, periodista...? Tienes oportunidad de ayudar a mejorar las cosas.
¿Un ejemplo? Podemos traer uno notable presentado por TED.org recientemente: Rick Guidotti, un fotógrafo de moda (Yves Saint Laurent, Elle, Harpers Bazaar, Revlon, L’Oreal, Life Magazine...) que, desde la fotografía, ha ayudado a que numerosas personas con albinismo –estigmatizadas en muchas culturas– descubran la belleza que hay en ellas. Merece mucho la pena (está en inglés, lo siento, pero las propias imágenes hablan por sí mismas). La verdadera fuerza estriba en que se trata de la visión y el discurso de un fotógrafo que ve belleza donde otros solamente ven enfermedad.