Antes de la Web Social… las Entidades Sociales ya éramos 2.0
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LA SITUACIÓN ACTUAL...
Parece haber ya un consenso cuando hablamos de la Red 2.0. Podemos afirmar que supone, más que un avance tecnológico (aunque éste es imparable), una evolución por parte de los ciudadanos en el uso de esas tecnologías. Un cambio donde las personas asumen el protagonismo en los procesos de comunicación y difusión de la información. Si aceptamos que a través de las herramientas tecnológicas podemos informar, expresarnos e interactuar en primera persona, estamos asistiendo a una democratización de los medios de comunicación.
Estas formas de comunicarnos e interactuar con otros están cambiando las formas en las que nos relacionamos. Y no sólo nuestras relaciones, también los cambios y tendencias tecnológicas influyen en nuestra percepción sobre la realidad. Teniendo en cuenta esto, las herramientas tecnológicas pueden ser a la vez una herramienta de empoderamiento ciudadano en la medida que se haga un uso crítico de las mismas.
Ahora bien, las entidades sociales hemos dedicado nuestra vida a trabajar cómo nos relacionamos las personas y a transformar nuestro entorno. La filosofía 2.0 ya formaba parte de la metodología de los colectivos preocupados por la trasformación de la realidad, antes de que se hablase siquiera del community manager. Sin embargo, actualmente estamos observando cómo la revolución en la comunicación está siendo protagonizada por empresas, administraciones, medios tradicionales... pero no siempre aprovechando el potencial de empoderamiento que nos ofrecen estas herramientas y con una clara intención comercial. En base a esto, escuchamos cosas como: marketing 2.0, administración 2.0, turismo 2.0... cuando en realidad estas herramientas son usadas para realizar estudios de mercado, detectar hábitos de consumo, crear la imagen de una marca...
¿Es posible que las asociaciones nos hayamos quedado atrás en este aspecto? Es habitual escuchar excusas como la falta de tiempo o la falta de conocimientos sobre el tema. Creemos que hay una profesionalización en este ámbito y por tanto creemos que éste es un campo destinado a periodistas o figuras especializadas. Sin embargo, ya somos muchas las personas que usamos a nivel personal las mismas herramientas que podríamos usar en nuestras entidades: redes sociales, blogs...
Por otro lado, existe una falta de motivación para la implementación de las TICs (Tecnologías de la Información y Comunicación) en las entidades. Pertenecemos a una asociación para trabajar con chavales/as, defender los Derechos Humanos, luchar por unos intereses comunes... pero las TICs no se contemplan como una herramienta transversal necesaria (y recomendable) para llevar a cabo nuestros fines. Además, puede que se escape de nuestras funciones o competencias habituales. Sin embargo, tampoco estamos en una entidad para elaborar proyectos y realizar gestiones, pero éstos son necesarios para llevar a cabo una buena acción en el medio en el que trabajamos. En este sentido, las TIC son cada vez más un ámbito transversal a abordar desde varios niveles (en la gestión, la comunicación, el conocimiento, las relaciones...) y por tanto las entidades sociales no nos podemos quedar al margen.
¿CUÁL DEBE SER POR TANTO NUESTRO PAPEL EN RELACIÓN A LAS TIC?
Tras la reflexión anterior podemos establecer algunas claves para empezar a trabajar este tema en nuestras entidades:
- Llevar a cabo una formación permanente en el ámbito de las TICs. En ocasiones, cuando empezamos a desarrollar actividades en nuestra asociación detectamos necesidades formativas que cubrimos de forma interna o externa. Debemos dejar de pensar que este un ámbito exclusivo de figuras profesionalizadas. Es clave, como punto de partida en este ámbito, superar las resistencias al cambio que tengamos con las TIC y buscar espacios esos espacios para la formación. Aquí podemos ayudarte con nuestros cursos sobre comunicación.
- Las tareas y responsabilidades en las asociaciones son compartidas. Seguro que más de una entidad está en el caso de contar con un espacio web abandonado porque quien creó ese espacio ya no está en la entidad. Las responsabilidades monopolizadas por una única persona generan dependencia de la entidad a esa figura, y esto es muy peligroso para asegurar la buena continuidad de la asociación. Por tanto, es bueno que si gestionamos blogs, redes sociales... estas tareas estén compartidas. Además, que haya más personas gestionando nuestros espacios web también nos ayudará a crear contenido.
- Elaborar un plan de comunicación en la entidad. Para esto se debe implicar a todos los miembros de la misma, al menos en análisis de la realidad y el establecimiento de objetivos.
- A la hora de llevar a cabo la comunicación, debemos ser críticos con la elección de las herramientas tecnológicas. Éstas deben responder a una necesidad real; se trata de satisfacer necesidades, no de generar otras nuevas.
Sin embargo, debemos advertir que la mera incorporación de herramientas 2.0 no mejora la gestión y las actividades de la entidad (ni soluciona otros problemas de base). Para que funcione un plan de comunicación, éste debe estar dentro de un marco coherente con la filosofía 2.0.
Por último, no debemos olvidar que, en la medida que asumamos la responsabilidad de usar y "apropiarnos" de las herramientas tecnológicas, estaremos también contribuyendo a su evolución.